Por instantánea que sea toda actividad humana requiere una planificación, hasta los más arduos impulsos son discurridos por el cerebro. Aquí subyace un problema eterno en el ser humano, el tiempo: ¿cómo planificarse?, ¿cómo estructurar nuestra actividad mental?, ¿cómo hacer posibles nuestros deseos transcurridos en un espacio físico determinado? La planificación es por tanto la esencia del progreso, de la ciencia, del arte... y como buen arte que es la pesca también requiere una programación. Un pescador debe tener en cuenta varios aspectos antes de conquistar su objetivo, esos aspectos han de ser estudiados minuciosamente y con premeditación aunque sin alevosía. El buen pescador (que en mi tierra y con gran dósis de ironía identificamos como "pepeto") ha de concurrir sobre los factores que pueden alterar el producto definitivo de su actividad, y establecer unos parámetros alternativos al día, condiciones atmosféricas, fecha estacional, etc. ¡Vamoj que tiej que carcularlo to!
Por esta circunstancia hemos elaborado un manual del pescador, una serie de reglas universales que se han de tener en cuenta, y que han sido tomadas y estudiadas con base en la experiencia de dicho arte.
Puesto que el lector actual lo es más de imágenes que de texto, hemos resumido esta magnífica obra a una campaña propagandística:
Nota al lector: probablemente algunas de las reglas universales no sean captadas. Por ello consideramos que es usted más lector de texto que de imágenes y ha de adquirir la obra para comprender el proceso.
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