jueves, 13 de mayo de 2010

11 de mayo: el día de la Retro-evolución

Antes de comenzar a narrar este día cuya trascendencia pensaba que era de poco relevante, me gustaría disculparme ante todos los lectores y aquellos que no lo son e incluso ante mi mismo, por ausentarme de este gran placer-vicio como es el de escribir. Han sido muchos los motivos los que me han apartado de mi espacio vital, unos con más peso que otros, pero considero que ya ha llegado el momento de andar aunque sea sin baktron y proseguir con el viaje por el mundo de mi locura chatarrera.
Así comenzó el día:
Cuando abrí los ojos en la fecha indicada leí en ese aparato tan discordante que emite sonidos cuando alguien nos solicita y del que somos tan dependientes: "Felicem diem natalis", una sonrisa a pesar de no tener aún los ojos abiertos del todo se dibujó en mi cara. Me dirigía hacia una cita profesional, y es que un historiador de sobrenombre contactó con un especialista en termalismo para nutrirme del tema que va a ocupar unas cuantas horas en los momentos restantes de mi vida. Al llegar al emplazamiento donde se pruduciría la cita, casualmente mi lugar de trabajo, accedí a la supuesta sala donde se encontraba susodicho individuo. ¡Qué gran sorpresa la mía -frenada en parte por los extraños movimientos de un grupo de alumnos al verme llegar- cuando al acceder al habitáculo me encuentro a mis dos compañeros de fatigas docentes este año junto con la mitad de uno de los grupos a los cuales imparto clase. Mi reunión se había esfumado al ver que todas las personas que habían concentradas en esta pequeña sala portaban una camiseta un tanto peculiar: en ella aparecía un robot llamado Wall-E con un pedazo de chatarra donde aparecía una cara que me resultaba familiar.
Desde ese momento supe que el día iba a ser más movido de lo que me esperaba, y lo corroboré con mis propios ojos cuando vi mi vida en imágenes pasar por delante de mis ojos. Estas imágenes formaban en conjunto una línea concéntrica que acababa mirando hacia el pasado al lugar donde todo esto empezo. ¡Quizá por esto sería el día de la retro-evolución!
Al salir de la sala me encuentro al resto del grupo de alumnos taponando el pasillo con una tarta que echaba humo, y entonando la famosa canción "joyeux Annivairsaire". Mientras tanto y entre la emoción parcial que me abordaba me dice un alumno que en mi casillero tenía un comentario de texto. Sin lugar a dudas supe que sería algo relacionado con esto, pero nunca imaginé que encontraría un colgante de plata en cuya cara externa tenía grabado:
"para que nunca olvides que siempre hay que ir de lo general a lo particular".
Esa frase que tanto repetía el profesor González Blanco, y que les insisto tanto a la hora de interpretar historia.

En ese mismo momento me sentí como perdido en la isla...


...como si en una botella hubiese llegado....



...pero estaba tranquilo porque alguien me acompañaba...



...fue entonces cuando me puse a pensar...



...entonces lo vi claro...



...esta partida era mía...


Al ver la línea de la retro-evolución ante mis ojos supe que había una conexión entre lo que me estaba ocurriendo y mi humilde morada, y así fue al llegar a casa me encontré a los míos equipados con el número 26 a la espalda...

...y dispuestos a reactivar la ya disipada sorpresa.

Este día ya tiene en mi recuerdo efemérides, y no me refiero a que Bizancio fuera renombrada como Nova Roma, ni a que Cristobal Colón se embarcara para descubrir el nuevo mundo, ni al nacimiento de Dalí o la muerte de Bob Marley, no!...me refiero a que evocaré de ahora hasta siempre el 11 de Mayo como el día de la Retro-evolución. No tengo intención de cambiar de cariz del cajón, pues dicho en palabras de Leónidas a punto de asestar una patada en el pecho al emisario persa, ¡ESTO ES CHATARRAAAAAAAAAA!!!! Tan sólo que mi último post previo anuncio del abandono temporal, fue triste por la despedida de una persona a la cual apreciaba, por eso me hacía ilusión compartir con vos...

"El día de la Retro-evolución".