lunes, 16 de febrero de 2009

A PROPÓSITO DE LA BIBLIA: Débora y Baraq




JUECES 4
Cuando murió Ehud los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Yahvéh, y Yahvéh los dejó a merced de Yabín, rey de Canaan, que reinaba en Jasor. El jefe de su ejército era Sísara, que habitaba en Jaroset-hag-Goyim. Entonces los israelitas clamaron a Yahvéh. Porque Yabín tenía novecientos carros de hierro y había oprimido duramente a los israelitas durante veinte años.
En aquel tiempo, Débora, una profetisa, mujer de Lappidot, era juez en Israel. Se sentaba bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efraím; y los israelitas subían donde ella para resolver sus pleitos. Ésta mandó llmar a Baraq, hijo de Abinoam, de Quedes de Neftalí, y le dijo: “¿Acaso no te ordena esto Yahvéh, Dios de Israel? Vete y en el monte Tabor recluta y toma contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los de Zabulón. Yo atraeré hacia ti al torrente Quisón a Sísara, jefe del ejército de Yabín, con sus carros y sus tropas, y los pondré en tus manos. Baraq le respondió: “Si vienes conmigo, voy. Pero si no vienes conmigo, no voy, porque no sé en qué día me dará la victoria el Ángel de Yahvéh. Iré contigo –dijo ella- sólo que entonces no será tuya la gloria del camino que emprendes, porque Yahvéh entregará a Sísara en manos de una mujer. Débora se levantó y marchó con Baraq a Quedes. Y Baraq convocó allí a Zabulón y Neftalí. Subieron tras el diez mil hombres y Débora subió con él.
Jeber el quenita, se había separado de la tribu de Caín y del clan de los hijos de Jobab, el suegro de Moisés; había plantado su tienda cerca de la Encina de Saanannim, cerca de Quedes.
Le comunicaron a Sísara que Baraq, hijo de Abinoam, había subido al monte Tabor. Reunió Sísara todos sus carros, ¡novecientos carros de hierro!, y todas las tropas que tenía y las llevó de Jasoret-hag-Goyim al Torrente de Quisón. Débora dijo a Baraq: “Levantate, porque es el día en que Yahvéh ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No es cierto que Yahvéh marcha delante de ti?” Baraq bajó del monte Tabor seguido de lso diez mil hombres. Yahvéh sembró el pánico en Sísara, en todos sus carros y en todo su ejército ante Baraq. Sisara bajó de su carro y huyó a pie. Baraq persiguió a los carros y al ejército hasta Jasoret-hag-Goyim. Todo el ejército de Sisara cayó a filo de espada: no quedó ni uno.
Pero Sisara hyyo a pie hacia la tienda de Yael, mujer de Jéber el quenita, porque reinaba la paz a entre Yabin, rey de Jasor, y la casa de Jéber el quenita. Yael salió al encuentro de Sísara y le dijo: “ Ven, señor mio, ven hacia mí. No temas.” Se detuvo en su tienda y ella lo tapó con un cobertor. Él le dijo: “Por favor, dame de beber un poco de agua, porque tengo se.” Ella abrió el odre de la leche le dio de beber y lo volvió a tapar. Él le dijo “Estate a la entrada de la tienda y si alguno viene, te pregunta y te dice “¿Hay alguien aquí?, responde que no.” Pero Yael, la mujer de Jéber, cogió una clavija de la tienda, tomo el martillo en su mano, se le acercó callando y le hincó la clavija en la sien hasta clavarla en tierra. El estaba profundamente dormino, agotado de cansancioM y murió. Cuando llegó Baraq persiguiendo a Sisara, Yael salió a su encuentro y le dijo: “Ven, que te voy a enseñar al hombre que buscas.” Entró donde ella, y Sisara yacía muerto con la clavija en la sien.
Así humilló Dios aquel día a Yabín, rey de Canaan, ante los israelitas. La mano de los israelitas fue haciéndose cada vez más pesada sobre Yabín, rey de Canaán, hasta que llegó a acabar con él.


JUECES 5
Aquel día, Débora y Baraq, hijo de Abinoam, entonaron este cántico:
Al soltarse en Israel la cabellera, cuando el pueblo se ofrece voluntario, ¡bendecid a Yahveh!
¡Escuchad, reyes! ¡Prestad oídos, príncipes! yo a Yahveh, yo voy a cantar. tocaré el salterio para Yahveh, Dios de Israel.
Cuando saliste de Seír, Yahveh, cuando avanzaste por los campos de Edom, tembló la tierra, gotearon los cielos, las nubes en agua se fundieron.
Los montes se licuaron delante de Yahveh, el del Sinaí, delante de Yahveh, el Dios de Israel.
En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Yael, no había caravanas; los que hollaban calzadas marchaban por senderos desviados,
Vacíos en Israel quedaron los poblados, vacíos hasta tu despertar, oh Débora, hasta tu despertar, oh madre de Israel.
Se elegían dioses nuevos; por entonces la guerra en las puertas; ni un escudo se ve ni una lanza para 40.000 en Israel!
Mi corazón con los jefes de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendecid a Yahveh!
Los que cabalgáis en blancas asnas, los que os sentáis sobre tapices, los que vais por el camino, cantad,
al clamor de los repartidores junto a los abrevaderos.Allí se cantan los favores de Yahveh, los favores a sus poblados de Israel. (Entonces el pueblo de Yahveh bajó a las puertas).
Despierta, Débora, despierta! ¡Despierta, despierta, entona un cantar! ¡Animo! ¡Arriba, Baraq! ¡Apresa a los que te apresaron, hijo de Abinoam!
Entonces Israel bajó a las puertas, el pueblo de Yahveh bajó por él, como un héroe.
Los principales de Efraím en el valle.Detrás de ti Benjamín entre tu gente.De Makir han bajado capitanes, de Zabulón los que manejan cetro.
Los jefes de Isacar están con Débora, y Neftalí, con Baraq, en la llanura, lanzado tras sus huellas.En los arroyos de Rubén, magnánimas decisiones.
¿Por qué te has quedado en los corrales, escuchando silbidos entre los rebaños? (En los arroyos de Rubén, magnánimas decisiones.)
Allende el Jordán, Galaad se queda, y Dan, ¿por qué vive en naves extranjeras?Aser se ha quedado a orillas del mar, tranquilo en sus puertos mora.
Zabulón es un pueblo que reta a la muerte, y Neftalí, en las alturas del país.
Vinieron los reyes, combatieron, entonces combatieron los reyes de Canaán, en Tanak, en las aguas de Meguiddó, mas sin lograr botín de plata.
Desde los cielos lucharon las estrellas, desde sus órbitas lucharon contra Sísara.
El torrente Quisón barriólos, ¡el viejo torrente, el torrente Quisón! ¡Avanza, alma mía, con denuedo!
Cascos de caballos sacuden el suelo: ¡galopan, galopan sus corceles!
Maldecid a Meroz, dice el Ángel de Yahveh, maldecid, maldecid a sus moradores: pues no vinieron en ayuda de Yahveh, en ayuda de Yahveh como los héroes.
¡Bendita entre las mujeres Yael (la mujer de Jéber el quenita), entre las mujeres que habitan en tiendas, bendita sea!
Pedía agua, le dio leche, en la copa de los nobles le sirvió nata.
Tendió su mano a la clavija, la diestra al martillo de los carpinteros.Hirió a Sísara, le partió la cabeza, le golpeó y le partió la sien;
a sus pies se desplomó, cayó, durmió, a sus pies se desplomó, cayó; donde se desplomó, allí cayó, deshecho.
A la ventana se asoma y atisba la madre de Sísara, por las celosías: "¿Por qué tarda en llegar su carro? ¿por qué se retrasa el galopar de su carroza?
La más discreta de sus princesas le responde; ella se lo repite a sí misma:
¡"Será que han cogido botín y lo reparten: una doncella, dos doncellas para cada guerrero; botín de paños de colores para Sísara, botín de paños de colores; un manto, dos mantos bordados para mi cuello!"
¡Así perezcan todos tus enemigos, oh Yahveh! ¡Y sean los que te aman como el salir del sol con todo su fulgor!Y el país quedó tranquilo cuarenta años.


COMENTARIO
Síntesis
Jueces 4
Los israelitas se encuentran en una mala situación (han hecho lo que desagrada a Yahvé –obraron mal-) frente a los cananeos. Débora –sacerdotisa- manda reclutar un ejército para enfrentarse a los cananeos (el ejército había de estar formado por las tribus de Zabulón y Neftalí). Baraq dudo de si era el momento de la victoria (por eso le dio Débora le dio la gloria a una mujer). Se enfrentaron Baraq y Sísara (jefe del ejército se Llavín –rey de Canaan-) donde vencieron los israelitas. Sísara se refugio con los quenitas, Yael pudo darle muerte por confiar en ella. Supuso la humillación de Llavín y el principio de su fin.
Jueces 5
Se establece una numeración de las tribus de Israel en función de su postura durante la guerra con los cananeos. Por ejemplo tenemos que acuden Efraín, Benjamín, Manases y Zabulón. Isacar y Neftalí esperan, mientras que Rubén, Dan y Aser no acuden. Por el contrario a Judá y Simeón ni si quiera los menciona.
[Reparto de Transjordania para las tribus de Israel –Num. 31.-]

• Canto de Débora (“Yo Yahvé, yo voy a cantar”): hace referencia a su poder (cuando subió por Edom –licuación-); referencia a la situación de Israel (Ni una lanza para…); referencia a los que se sitúan por encima, es decir, aquellos que están al mando (tribus).
• Enumeración de la aptitud y participación de las tribus: participación positiva –mención a la volunta de Zabulón-; participación negativa –maldice a Meroz-.
• Bendición de la mano femenina.

Critica
La mayor parte del libro de los jueces es muy similar a los cantares de gesta castellanos, composiciones populares en que se referían hechos de personajes históricos y legendarios. Hay que evitar leer estas narraciones como si fuesen crónicas históricas precisas, que reflejan lo que pasó en aquella época con total exactitud. Suelen ser leyendas populares sobre los héroes antiguos del pueblo y otros relatos legendarios sobre acontecimientos tribales que se han conservado, primero de forma oral y después a lo largo de varios siglos se han ido uniendo y poniendo por escrito fragmentariamente. El redactor final del libro ha aprovechado esos materiales antiguos y los ha elaborado con sus propias ideas y los ha arreglado para que sirvan a unos objetivos muy concretos, los de la historia deuteronomista que ya conocemos, a cuyos círculos pertenecía nuestro autor o autores.
En torno a finales del siglo XI, e inicios del X, se estima el origen de la monarquía de Israel. Se produce la conformación del estado, y tienen cuatro grandes documentos: yavhista –David s.X-, geobista –Israel s.VIII, código sacerdotal –segunda mitad siglo VIII- y el Deuteronomio –precedente a la conquista de Asiria-. Tenemos definitivamente dos tradiciones, una egipcia (sur) y otra cananea (norte) que se mezclan- se hace una tradición común como si fueran las mismas. Israel siempre estaba dividido –David-Salomón- pero dos reyes desde el punto de vista cristiano intenta unirlo. Reelaboran los dos documentos y crean otro, pero son tradiciones distintas. Concretamente la de jueces 5 es anterior en función de la forma en la que está escrita, parece además que la de jueces 4 introduce detalles que no lo hace la más antigua cronológicamente.
Nos encontramos ante un canto de guerra que convoca a la gente de Israel para la lucha contra los edomitas [anterior a la estandarización de las tribus de Israel pero posterior al establecimiento en Palestina]. La división canónica de dichas tribus nos muestra el acertamiento de la jerarquía político religiosa. Meroz, Galaad y Fakir, que se mencionan en el texto no están en los topónimos. Luego hay otras que no aparecen. Esto nos hace ver que realmente no eran doce, sino más, pero doce son las que predominan. En la época de los jueces Israel no está unido, el juez es una especie de caudillo –en este caso Baraq- elegido para hacer frente a los problemas de la tribu.
La victoria de Shiraz Hayam en el mar rojo es repetida por el canto, en ambas narrativas los Israelitas son gente temerosa y desmoralizada –o lo que es lo mismo desunida- que se enfrenta a enemigos militarmente superiores y por lo tanto confidentes al éxito (Egipto y Canaan), ¿pero no era Goliat confidente al hecho de obtener la victoria sobre David?, así es, y no ocurrió. Dentro de la moral cristiana el débil siempre prevalece por medio de la fe sobre el fuerte, arquetipo que no es novedad en la historia (P.e. la odisea homérica de Ulises VS Polifemo). En dicha época la unión no es muy clara, y dicho término junto con la fe es el único medio posible para combatir con aquel que es superior militarmente, en el texto está llamando a al unión a través del canto.
También nos podemos encontrar con otros motivos relacionados con dicha debilidad, por ejemplo el empleo de la mujer como elemento vencedor, aspecto que vemos en otros libros como el de Judith (con Holofernes), y que junto con el de Débora supone también una humillación a la soberbia de Baraq –en este caso-. Baraq es el juez, ese canto por la unión lleva consigo la humillación de los jueces y por tanto la caída de este sistema de gobierno.

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