sábado, 19 de julio de 2008

LA HUERTA DE MANOLO

EL VERANO, la playita, la montaña, las ETT... todas estas acciones-lugares están relacionadas (no obligatoriamente) con el periodo estival. Para muchas personas esta etapa supone desconectar con la vida rutinaria y modificar hábitos, comportamientos, ritmos de tiempo en las tareas diarias, espacio habitable, etc. A mi con la palabra VERANO me viene a la cabeza el término CAMPO, y en este se encuentra la ya denominada por muchos "Huerta de Manolo".

Una huerta es según la RAE un "Terreno de mayor extensión que el huerto, destinado al cultivo de legumbres y árboles frutales". Por desgracia y dada la evolución económica y social hacia una sociedad cada vez más parecida al Matrixiano mundo de las máquinas creado por Andy y Larry Wachowsky, este espacio (insisto vital!) tan común en las latitudes murcianas está desapareciendo. En esta "avanzada sociedad", existen aún hoy rincones -y sobre todo mentes- que optan por hacer que este paradisiaco lugar no desaparezca, entre esas mentes (Y ME LLENA DE ORGULLO Y SATISFACCIÓN) se encuentra la de mi queridísimo padre.

Había un cuento en el que un niño echaba unas alubias al jardín de su casa para que éstas crecieran y les proporcionaran a el y a su madre algo de alimento (arquetipo muy usual en los cuentos -la carestía de alimentos- en donde no voy a entrar), más adelante resultó ser una planta mágica que ascendía hasta el cielo donde se encontraba un mundo fascinante con todo lo que esto conlleva (aspectos positivos como la princesa o negativos como el ogro, siempre con un marcado caracter didático). Pues sí señores, parece que la huerta de manolo o las semillas que este siembra están sacadas de los cuentos, todo lo que toca la tierra se convierte en mágico:

Los girasoles esperan que su dios sol aparezca cada mañana.















Los tomates aguardan a que la madre tierra les propicie los nutrientes que necesitan.







Las almendras intentan deshacerse de la coraza que las cubren para pronto ser sacudidas con el martillo y convertidas en almendraos.







El caso es que como en el cuento de Juanito, Pedro, Jack o como queramos llamarlo, las plantas no cesan de crecer hasta completar su ciclo vital, y hasta que "llega el hombre y la arranca y la mete en la lata y la fríe con patata". Y el resultado es clarividente frutas y hortalizas que llenan nuestro frigorífico, el de nuestros vecinos, y producen alegría en aquellos que reciben un preciado SURTIDO DE LA HUERTA DE MANOLO.

Claro que no todo son princesas en la huerta también hay ogros, ogros en foma de salaos, malvas (no de las bonitas lilas), pollizos, etc, y que me estoy tragando minuto a minuto este preciado verano. Pero no importa prefiero que los ogros llenen la huerta de murcia que no que esta desaparezca y sea sustituida por espermatozoides gigantescos formados por tornillos y arandelas como en esa pelí de keanu Reeves y el calvito camello de las capsulas rojas.
Por todo ello: ¡Manolo no dejes nunca de cultivar tu huerta!

7 comentarios:

Ruby dijo...

La última foto parece de un mercado de cualquier capital africana, de esos que salen en las películas, donde en cualquier momento empieza la pelea y persecución.

graphical binnacle dijo...
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graphical binnacle dijo...
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Miguel dijo...

Jajajajajaj...desde luego Rubén...y salén las cajas volando por ahi...y de repente aparece el mercader que sale de la sombra de su tambalache: Lafsgeer aroiglaerfjaoidrja...mi fruta!

Miguel dijo...
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mess dijo...

Hola. Es un gusto poder leerte un ratito, me parece bastante ameno, divertido, espontaneo como tú. Eres un buen orador, seguro que tus alumnos no se aburren contigo.
Salud.

Miguel dijo...

Muchas Gracias