lunes, 6 de abril de 2009

En un lugar más allá de las cumbres

Contemplaban los dioses griegos desde el Monte Olimpo que algo no iba bien en la tierra, un movimiento sísmico fue detectado por Poseidón...rápidamente decidieron trasladarse al punto en el que mejor sería acatado el problema, se dirigieron hacia esa cumbre que fue creada por el enfado de Hercules al perder a su amada Pirene, los Pirineos; pero allí no detectaron nada aunque pronto vislumbraron a un grupo de 44 jóvenes que se aproximaba hacia dicho enclave fronterizo. Pensando los dioses olímpicos que su objetivo era atravesar hasta su más profunda morada, el Monte Olimpo, y equivocados puesto que estos tan sólo pretendían disfrutar de un maravilloso viaje en los confines de estos parajes, se pusieron manos a la obra y estuvieron probándolos durante todo su periplo.
El primero en tomar el mando fue Zeus, quien con su rayo amenazó desde un primer momento aquello que más podía mermar los efectivos del grupo, la tormenta, el mal tiempo, pero las energías y casualidades que atesoraba la expedición hicieron que durante todo el viaje la climatología jugara a su favor por lo que el dios del cielo y del trueno no tuvo más remedio que descomponerse en su fuero interno.
Diéronse cuenta los dioses de los problemas que se habían generado en relación a los tributos de tal peripecia, no había uniformidad a la hora de las pagamentas, por lo que Hades el dios del inframundo y de los muertos, mandó a su barquero Caronte para que les acompañara durante todo el trayecto, el problema es que rápidamente fue Caronte poseído por una de esas ánimas folklóricas cuyo único objetivo es sustraer sangre al prójimo para mantenerse activo, con la única salvedad de que en vez de sangre lo que sustraía era miedo, miedo en la conducción. Pero los protagonistas eran ajenos a ese miedo que permaneció sumido hasta que desapareció finalmente... lo cual la misión del barquero del inframundo no llegó a consumarse.
Extrañados permanecían los dioses cuando vieron refugiarse al grupo justo antes de emprender el camino llano que los conducía hacia su morada, el monte olimpo, pero no desdeñaron la maniobra y siguieron alerta pensando que podía ser una manera de generar más fuerza para emprender el asalto definitivo. Durante todo la estancia en ese recóndito lugar, comenzaron a lanzar sus órdagos correspondientes.
Ares intentó ahondar el hueco que existía entre ellos de manera que nada más llegar los jóvenes comenzaron a tener sus primeras contrariedades: no se ponían de acuerdo con los compartimentos donde llevarían tan preciado descanso, lo cual tenía un doble objetivo, evitar que mantuvieran el nivel de energía y crear un clima de conflicto entre ellos....aunque rápidamente se vió como esto no podía ser un problema para ellos, sin otro deseo que el de disfrutar de sus circunstancias no dudaron en entremezclarse.
Puesto que no sirvió el envite de Ares, tomó Apolo la iniciativa y a través de su hijo Asclepios ordenó acabar con la expedición de intrusos a través de las continuas enfermedades, el problema seguía siendo la cuantiosa felicidad que estos jóvenes venían atesorando, felicidad que les hacía caer enfermos y recuperarse en cuestión de segundos, con tan sólo el poder de sus mentes. Lo intentó Hefesto por medio de unos aparatosos materiales que sabían que formarían parte de su rutina durante varios días de su estancia...estas herramientas manuales a las que les llamaban esquís supusieron un gran impedimento para los niños, aunque sus facultades deportivas hicieron que pronto pudieran controlar las cumbres con dichas herramientas, lo cual inquietaba más aún a los dioses.
Atenea, diosa de la sabiduría, sabía que tres de los integrantes de la expedición que partía al monte olimpo, no emanaban las mismas energías que el resto, sus mentes oscialaban hacia la responsabilidad, al ciudado de los jóvenes. Eran por tanto tres elementos que había que utilizar para fastidiar el enorme poder que atesoraban esos individuos imparables, necesitaban frenarlos de alguna manera. Ordenó por tanto a Dionisos y Afrodita que entorpecieran los comportamientos de los jóvenes con aquellos pecados más inquietantes para dichas edades, el vino, el pacharán y el amor. No obstante no pudieron turbarlos con dichas excitaciones, todo lo contrario, los jóvenes se dieron cuenta de que no necestiaban usarlas y los elementos responsables vieron que la permisibilidad les llevaría a la razón y a la felicidad.Comenzaban los dioses a dudar de las intenciones de estos niños camuflados en conquistadores del monte olimpo, hasta el punto de que empezaron a dudar de los propósitos creados.
No obstante no se rindieron y mandaron a Deméter para que mediante la naturaleza, las flores, la comida, las plantas... pusiera fin a la resistencia que los mismos dioses habían inventado. Pero esto si cabe fue más difícil que el resto de pruebas a las que habían sido sometidos estos niños llenos de fuerza y felicidad. Ni las continuas pruebas de patata, los paisajes verdes, ni las aromáticas plantas lograron echarlos hacia atrás en su verdadera intención que era disfrutar de aquel maravilloso lugar. Todo lo contrario estos cada vez se crecían más, las patatas suponían un nexo de unión en la alimentación de todos, las continuas visitas a paisajes recónditos acababan significando el descubrimiento del poder de los mismos en un fuero interno...el grupo casi no se daba cuenta de este logro, los dioses estaban casi rendidos pero negaban subyugarse a lo que les podía ocurrir.Faltos de recursos y perplejos ante todo lo que estaba ocurriendo llegó el gran momento, el momento en el que el grupo marchaba de vuelta hacia su lugar de origen. Ahí es cuando los dioses se dieron cuenta de que algo iba mal, se habían equivocado, no era el monte olimpo el objetivo de este grupo, pero algo más les inquietaba, tras superar todos los obstaculos que les habían impuesto al colectivo de individuos, estos se sentían descorazonados, tristes por alejarse del lugar en el que habían permanecido las últimas horas...todos deseaban las contaminadas patatas, la casta discoteca, y los tormentosos esquis, con tal de regresar de nuevo a este paraíso.
A pocas horas de llegar a casa, y sumido en un sueño anubarrado y profundo, fruto de la resistencia de estos abatares, me ví rodeado por los dioses. Me preguntaron porqué habíamos cesado de nuestro periplo, perplejos a mi contestación en la cual les explicaba qué misión teníamos -la de un viaje de placer-, muy distante de la que ellos pensaban, siguieron interrogándome. Continuaban anodadados por el dominio de esas repetidas tentativas, que no habían logrado sobrepasar el resto de los mortales, y sinceramente les respondí a cerca de la casualidad, las energías, el ansia de buscar la felicidad que tenía todo el grupo, y sobre todo el poder de algunos lugares mágicos. Estaban confundidos como de costumbre, no entendían que era la felicidad por felicidad; justo antes de despertarme me preguntaron...
¿Pero cómo es posible?
Todo es posible...
en un lugar más allá de las cumbres.
Influenciado por la subjetividad que me caracteriza en cuanto al enfoque y la narración de este post...dedico estas palabras a ti ser que has estado en un lugar más allá de las cumbres.

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